El Festival Internacional de Santander triunfa en su alianza con la innovación

Dianto Reed Quintet, una formación cuya trayectoria merecerá la pena seguir de cerca una vez comprobada la fortaleza, la calidad y el entusiasmo en el desarrollo del proyecto 'Pour la postérité' presentado aquí y en otras programaciones españolas a raíz del reconocimiento como Ensemble Emergente FestClásica 2024.

En una muy interesante superposición de planos, una proyección de fondo propone textos e imágenes del pintor, con una curiosa inclinación hacia su conflictiva relación con las mujeres, tan difícil en lo personal y tan explosiva en lo artístico. Se ven también cuadros del holandés Erik Renssen, cuyas obras parten del mundo picassiano al que recrea y reconstruye, y se concluye con otras tantas ejecuciones a cargo de la inteligencia artificial (IA), hoy por hoy capaz de construir imágenes de apariencia decorativa, forzada y escasas de vida, todavía propias de un sistema que no deja de aprender e independizarse lo que ha de implicar redefinir las fronteras de la creación humana.

Lo inquietante es la tensión ambiental que Dianto Reed Quintet refuerza tras romper algunos códigos básicos del concierto en relación con su propio protocolo, lo que lleva a transformar la interpretación en una especie de coreografía que reordena constantemente la colocación de los intérpretes en el escenario y en sus incursiones fuera de él, con el aliciente de generar así una nueva espacialidad o, lo que es lo mismo, ampliar los puntos de vista de la escucha.

En el centro del programa se encuentra la brevísima obra de Stravinsky Pour Picasso, que reaparece al final del programa, reelaborada como Song, fugue and groove on a tune of Stravinsky, un encargo para este proyecto de Julian Schneemann (1992), un teclista y compositor abierto a diversas estéticas con raíces en la música clásica, el jazz, el pop y la música africana. Su proyecto más significativo, Caravan, conecta mundos de este a oeste y atraviesa repertorios heterogéneos, gozando de una importante difusión, con una grabación que da testimonio de ello.

El concierto también incluyó una selección de la suite 'Pulcinella' de Stravinsky, 'Parade' de Satie y otra selección de las dos suites de 'El sombrero de tres picos' de Manuel de Falla, todas ellas arregladas por Max Knigge y Arjan Linker. Los tres compositores colaboraron con Picasso y también fueron retratados por él.

La defensa que de estas músicas hace Dianto Reed Quintet es en verdad sorprendente: cuidada, musicalmente rigurosa, gestualmente tan bien armada que todo adquiere una impresión de máscara, un punto estricto, aunque definitivamente rota por la calidez de la interpretación.

En Santander se ha robustecido de manera muy particular por las condiciones del auditorio del Centro Botín, construido por Renzo Piano y cuya pared al fondo del escenario es una enorme cristalera que permite observar la bahía y su tránsito marítimo mientras se escucha (se ve y se lee) el concierto: curiosa dislocación entre la placidez aparente del paisaje y la activa actitud de sus observadores.

Artículo de Alberto González Lapuente

ABC (Español)

Foto de : Festival Internacional de Santander