Reseña: Una cena musical

Weinheim. En los últimos días, dado que en Weinheim se ha hablado mucho sobre el sentimiento del hogar, la oficina cultural presentó el sábado por la noche al conjunto perfecto: Dianto Reed Quintet.

Un concierto inusual

Desde el principio, una mesa con cinco sillas, copas y una botella de vino tinto español a un lado del escenario indicaba que la actuación de María González Bullón (oboe), María Losada Burgo (fagot), María Luisa Olmos Ros (clarinete), Eric Steven Rojas Toapanta (clarinete bajo) y Ovidi Martí Garasa (saxofón) sería diferente a un concierto de música de cámara típico. Al igual que la música en constante evolución, que oscilaba entre lo melancólico, lo apasionado y vital, la formación del quinteto se mantuvo dinámica. Constantemente se formaban nuevos dúos y tríos, a medida que el clarinete bajo y el fagot sentaban las bases tonales para las excursiones melódicas de los instrumentos más agudos.

El Quinteto de Caña Dianto llevó al público en un viaje a través de diversas épocas y regiones compositivas de su tierra natal, alternando momentos lúdicos y humorísticos con otros de profunda melancolía. Para comenzar el concierto, el conjunto colaboró dinámicamente con el compositor francés Jean-Philippe Rameau, interpretando... Preludio, Alemande, y Gavota de la suite de siete partes compuesta originalmente para clavicémbalo La Triunfante en un arreglo para quinteto de viento de Raaf Hekkema, que ofrece elementos musicales festivos, danzantes y triunfales. Todo el concierto se mantuvo rico en contrastes, con la obra de Isaac Albéniz. Suite española op. 47 cubriendo un espectro particularmente amplio con sus diversos colores tonales.

Melodías juguetonas con tempo alto

El quinteto retrató sonoramente el noroeste de España con Asturias, cambió con un clarinete fuerte a la brillante y soleada Granada, y concluyeron su gira musical con melodías rítmicas, juguetonas y de alto ritmo en el centro de España. Castilla.

El sorbo de vino tinto que María Losada Burgo sirvió en la segunda parte del programa y que el conjunto disfrutó solo durante el aplauso final fue más que merecido, con su expresiva interpretación del fagot y el emotivo sonido de su voz aportando un toque de trascendencia a la sala de la Escuela Hans-Freudenberg durante Negra Sombra por Xoan Montes Capón.

La interacción enérgica y temperamental de los cinco músicos, estrechamente vinculados, fue inigualable tanto en sonido como en presentación en la larga historia de los conciertos de música de cámara en Weinheim. La fusión de contrastes tonales entre las melodías etéreas del compositor holandés de 24 años Primo Ish-Hurwitz y una apasionada pieza tradicional catalana ofreció un deleite para la vista y el oído, y fue lógico que el concierto terminara con la obra de Manuel de Falla. Amor Brujo, ofreciendo una última ráfaga de España: ¡Viejo!

Esta cena musical particularmente especial la formaron María González Bullón (oboe), María Losada Burgo (fagot) y María Luisa Olmos Ros (clarinete), junto a sus colegas masculinos Eric Steven Rojas Toapanta (clarinete bajo) y Ovidi Marti Garasa (saxofón).

Artículo de Jürgen Drawitsch – Weinheimer Nachrichter (Alemán)

Fotografía: Philipp Reimer